MARES Y ANCLAS
Pues,
fugitivos somos todos
de tiempos, espacios mustios,
desamores,
venimos con las anclas oxidadas
de los recuerdos de aguas anteriores,
que en la piel duermen su sueño más antiguo
recalando entre gránulos de polvo,
que en oquedades muertas o vivaces,
entre el ombligo, los huesos, las axilas,
dentro en las uñas rotas,
astillados rencores del olvido,
reciclando sus lamentos en los huesos
reticentes acaso de marcharse,
de salir hasta un sitio soleado
para poder secarse bien,
hacer polvo de tonos invisibles,
olvidarse por fin
en el olvido...
Somos esos aromas inconclusos
pegados de negras anclas amparadas
por la música del mar que no las priva
de ser algo
o alguien del paisaje,
ferrosas insalvables potestades
ferrosas insalvables potestades
de marinos buques olvidados,
que encallaron para siempre aquí,
somos nosotros,
varados habitados por las aves
que no preguntan qué es
ese algo de de sombra a sus pequeños cuerpos,
- frágiles y viajeros pensamientos -
que resisten del dueño su abordaje,
al final de este viaje...
Si,
huimos hace tiempo
de sueños novedosos y triunfantes
dormimos en la noche acompasados
con cosas del presente, con relojes,
que apenas dan la hora si ya urgidos
le llamamos con el bies de nuestros nombres,
luego sabemos también
porqué se callan,
entendemos que olvidar es importante
si se trata de mantenernos en batalla,
vital para viajar de un muelle a otro
y respirar acaso en algún nombre
que aún nos vea con brillo,
de alados nos sabemos
propietarios de pedestales caídos,
referencia inusual de algunas aves
que migran
ansiosas, impotentes,
al recordar que este árido y perenne,
jardín que abajo se divisa,
es apenas el portal o la cornisa,
de esa otra potestad del buque viejo,
llegar ante el juicio de las aguas
hundir su carcomido casco
en el relieve impreciso
del abismo...
- frágiles y viajeros pensamientos -
que resisten del dueño su abordaje,
al final de este viaje...
Si,
huimos hace tiempo
de sueños novedosos y triunfantes
dormimos en la noche acompasados
con cosas del presente, con relojes,
que apenas dan la hora si ya urgidos
le llamamos con el bies de nuestros nombres,
luego sabemos también
porqué se callan,
entendemos que olvidar es importante
si se trata de mantenernos en batalla,
vital para viajar de un muelle a otro
y respirar acaso en algún nombre
que aún nos vea con brillo,
de alados nos sabemos
propietarios de pedestales caídos,
referencia inusual de algunas aves
que migran
ansiosas, impotentes,
al recordar que este árido y perenne,
jardín que abajo se divisa,
es apenas el portal o la cornisa,
de esa otra potestad del buque viejo,
llegar ante el juicio de las aguas
hundir su carcomido casco
en el relieve impreciso
del abismo...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©
No habrá fuerza capaz de detener a quien sueña,a quien construya aun sobre las cenizas dejando el pasado a un lado con pena ,si ;pero resignado que si quiere un futuro, debe dejar esos tesoros que hay en su pasado.Ya damos a un lado ,el pasado hace rato ,para poder vivir aun sin ilusiones ,no digamos un futuro,digamos un presente algo más decoroso de los que nuestras pesadillas nos ofrecen. Perdón José Ignacio no se si es esto lo que me inspiraste con tu poema ,pero me diste pie a expresar esto, que tenia guardado hace tiempo y vos me diste la oportunidad.Cariño del corazón como siempre ,y recuerda me asombras cada día MIMOS MI POETA
ResponderEliminarTu eres siempre bienvenida a esta sala de te, querida Lidia... Y si, habremos de llegar a alguna parte si caminamos con nuestra luz hacia adelante... Abrazos querida amiga..
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