viernes, 10 de septiembre de 2010

LAS SAGRADAS LETRAS DE LA NOCHE / JOSÉ IGNACIO RESTREPO





ITINERANTE



Soñé que eras peregrina entre mis tallos,
de mis veranos tardía transeúnte...
Mis letras acampé entre tus parajes,
descubrí tus lamentos, 
hice enemigos a tus líos y querellas...
Soñé que eras transeúnte entre mis letras
con un lenguaje nunca hablado ni querido,
y que hacías ovillos con mis verbos
y adjetivabas rencores del pasado
con suaves rimas al borde de mi oído
como si no fuéramos datos en el tiempo,
agujas de las horas destinadas
a bastear los segundos...
Soñé,
despertándome empapado,
mis ardientes sudores, tus veranos,
y mi piel tu mar desconocido,
y tus letras...
regadas desde el norte 
hasta la tierra que allanan más tus pasos
en un lenguaje de azores, 
de quebradas estelas y vapores,
en un leído lenguaje
de mis solas manos...











DORMIDERA


Guardo mi pasaporte en portafolio café oscuro
como en miles de sueños de viajes
y si el avión aguarda a que la lluvia huya,
yo tal vez me marche
de todo esto,
de todo esto...
Al despertar
de otra noche de dormir a fuerzas
me asomo al portafolio
modelo idéntico al del sueño,
el documento es un paquete de galletas
y los pasajes fotos algo ajadas.
Ya no puedo recordar a donde iba,
a donde iba...
Si se que mi lugar es otro día
otro día de nubes, de silencios,
esperando sin fe que llegue la noche.





INSOMNIO


En quien pensar, muerte, de noche,
cuando el sueño emprendió marcha
lejos de mi mente en guerra
que no quiere descansar ni al cerrar los ojos,
ni al juntar los ojos
o las paredes enmuradas del alma...
En que pensar, a que lado enviar una carta
que en su sobre no lleve destino
y esté  teñida su letra
de la ausencia vieja, recurrente
que no cuenta jamás problema alguno,
o preocupación consecuente y entendible,
sino que relata entre ires y venires
el vacío perenne del sin rumbo,
la dirección perdida, ausente,
de una brújula mala...
En quien sino en ti,
la de los últimos gratos recuerdos,
la de la piel moteada de trinos,
la que acaso me lleva ventaja
y seguro investida de otro amor,
en este sesgo de la noche, duerme.




ULTIMO MES, EL 8


El día de lamparillas,
el día de las luces que prendemos de nuevo
aunque el viento  las apague,
el día de la noche que escribimos
los deseos que están con vida
en papeles de colores
doblados  en forma de barquito,
el día de las velitas formadas en fila
como pequeños soldados
que toman ese perplejo frío
de nuestras soledades,
nuestras almas frías atacan por asalto,
un rato apenas,
las velitas encendidas en el muro o en el quicio,
hablando con sus llamas pequeñas
de encender nuevamente el deseo,
todavía se puede, es posible,
volver a presagiar la magia,
ese atributo infantil, ahora proscrito.





DETALLE




La fronda rumorosa canta
los versos que miden las distancias
tomados de las manos,
las sombras sin poder juntar
las soledades,
sus siluetas penumbrosas...
La fronda vive,
el viento ronroneante la recorre
y no puede moverse
pero palpita cada instante de la vida
y respira este aire que también yo respiro.

Gemelas soledades,
distintas, húmedas,
la de los árboles plantada sin poder viajar
aunque corra la vida en sus raíces,
y la mía sin nombre, soledad como cuenco de agua
que se sabe de manantial distante,
eco de murmullo
en el recipiente del muerto caracol,
atado por magia perfecta al oscuro pasillo de mi oído,
que solo allí halla su voz
perfecta, cantarina, eterna.

Poesía de JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Todos los derechos reservados








No hay comentarios:

Publicar un comentario