de junio del '92
INVITADO
Unos ruidos adentro
cuyo pronóstico oscuro no conozco,
se articulan,corrompen el silencio,
privándome,
de mis internos tedios,
del recuento inveterado de mi angustia,
que he puesto a caminar desnuda
brillante
como reina muerta...
Es ella, que viene,
con sus pasos subiendo las escalas,
entreabriendo los armarios y las puertas,
en mi busca,
de nuevas causas plena,
con su cara lavada y la piel bruñida de deseos,
amnésica de las grises horas, que inquilinas
hace ya tiempo se aposentan
entre nuestros intentos por mirarnos,
por tomarnos,
por al tactos hacernos
Como aguardando una bula
que me absuelva de la injusta espera,
con la imagen de ella,
mis ojos se han prendado de la puerta,
por la que absurdo,
un segundo después,
entra ignorante de mis ansias
mi demiurgo gato...
APRENDICES
APRENDICES
Y entonces,
es la batalla de los cuerpos,
la que un motivo construye
donde el silencio es vigoroso y turbio,
y se debe estar allí dentro del otro,
para que exista algo seguro...
Los líquidos que brotan de ella
me recuerdan que soy su sombra,
y ella sabe bien
cuando me mira,
que ella es también
la sombra mía...
Vertidos los jadeos, mujer,
el espacio está lleno de nosotros
que hemos aprendido otra vez,
que no existimos mas que en este abrazo,
en este tomarnos sin riesgo
de las bocas juntos,
y
decir...
dios santo
dios santo,
y que la soledad nos cubre,
nos llena
por todos los resquicios,
así palpando el oscuro,
con los ojos abiertos y fijos
es la batalla de los cuerpos,
la que un motivo construye
donde el silencio es vigoroso y turbio,
y se debe estar allí dentro del otro,
para que exista algo seguro...
Los líquidos que brotan de ella
me recuerdan que soy su sombra,
y ella sabe bien
cuando me mira,
que ella es también
la sombra mía...
Vertidos los jadeos, mujer,
el espacio está lleno de nosotros
que hemos aprendido otra vez,
que no existimos mas que en este abrazo,
en este tomarnos sin riesgo
de las bocas juntos,
y
decir...
dios santo
dios santo,
y que la soledad nos cubre,
nos llena
por todos los resquicios,
así palpando el oscuro,
con los ojos abiertos y fijos
MISIVA DE LA HORA DOCE
No temas disolverte, amor,
me basta acurrucarme un poco,
bajo tu sombra frondosa
para empezar entre el frescor sedientos,
o nomenclar uno a uno
los susurros
o distinguir entre males necesarios
con nombres sonoros e incluso
no llamados...
Márchate, amor,
hay miles de caminos,
llevan a lugares increíbles,
sitios ansiados de noche,
cuando solos nos escondimos del olvido,
que se aposenta aquí
y hace tiempo,
dormita a nuestro lado
OTRA ADVERTENCIA
¿Qué decirle a los suburbios del alma,
profundos extramuros sombríos,
donde guardamos tan hondas pasiones,
iguales a los rasgos poderosos,
evidentes,
que ya hemos puesto en el rostro,
allí donde se mora a solas,
sometidos al vulcanismo del tiempo,
único juzgador de límite
de nuestra angosta fuerza
y del deseo inefable de estar vivos?
No entre allí...
Los azules, que todo lo llenan,
se oscurecen en ese lugar profundamente,
y el recuerdo de las idas penas,
aun grita en un ancho pasillo,
donde visiones,
alumbradas por velas de cebo
aguardan su ignorado amo,
uno que creen que existe,
para que las libere de los cepos
donde alguien un día las puso,
por osar pernoctar muchas veces
en los claustros
de la muda memoria...
Por JOSÉ IGNACIO RESTREPO
todos los derechos registrados
Vago en la penumbra
ResponderEliminarde mi habitación vacía,
igual que transitas tú,
en tus noches de melancolía.
La sombra del manto oscuro
aquella donde no hay voces
ni caricias,
ni manos amigas
allí transita mi alma
obnivulada de fragancoa
marchita.
Tus versos amigo mío,me llegan al alma de una
manera que tan sólo entiende quien tiene un dolor que deja transitar por calles solitarias tu ser como un fantasma.
Te abrazoen tusletras que también las sientomía.