ODA AL REGRESO
Cuando olvide los verbos bellos
y los justos adjetivos se me escapen,
entre el collado de algún día torpe,
y no vea la magia de tus ojos
porque estoy mirando el suelo como idiota,
cuando me escurra de tu amante abrazo
como un niño malcriado,
recuerda que te hablé del viento,
de sus anárquicas rutinas sin sentido,
que te narré de las afugias de Marte
ennobleciendo el rito de la guerra,
y corrí contigo por un parque
de algún puerto perdido del mapa,
riendo porque era París,
era Asunción o Leningrado,
y era igual estar aquí o allá
si se estaba contigo…
Rememora
cuando llegue adusto,
con mis manos y mis ojos
alzando muros de tedio
y esté tan hosco y silencioso,
que pienses para hablar dos veces…,
que he sido la risa de tu risa,
el ancho y el alto de tu cielo de ilusiones
el río manso donde tu has bebido …
Y entre tanto vas y vienes
de esos días perdidos entre el tiempo,
tolera que me calle o llore
que me esconda en mis manos de tus ojos,
o que riña de más…
simplemente es que vuelvo de la vida
esa amarga,
esa ciega,
esa perpleja,
que me ha atado por horas a tu ausencia
donde no estabas tu…
LAS PREGUNTAS PERFECTAS
El mar era salado, hostil…amenazante…
El viento era violento,
violento y frío
digno hijo de la noche,
las calles tan desiertas
eran solo caminos,
con gente enferma de cansancio y hastío…
El cielo era innombrable,
lejano,
inconsistente,
absurdas luces insensatas
que nadie puede alcanzar,
tan solo eso eran las estrellas…
¿De donde brotas?
El mar es insondable,
habitante de todos mis azules,
el viento es melodía,
eterno mecedor de los follajes,
dios perdido de pájaros y musas…
Las calles,
las calles son vertientes de mis ríos,
que de ti vienen,
que hacia ti van…
El cielo,
el apodo de mis sueños,
almíbar que conservo entre mi boca,
cuando veo tus ojos en mi mente,
desertando de mis arias de guerra,
que tarde a tarde se escuchan,
azuladas formando
de nubes que oscurecen,
resucitan,
los millones de bellas lentejuelas
que allí anidan…
¿De donde brotas?
¿De que paraje de magias tomas vida?
¿De que soy hecho,
por ventura,
que me amas?
BALADA DEL CALLEJÓN
Siente a esos que corren,
en la noche…
Tu corazón palpita
y tu mente viaja rauda en su socorro
sin saber si dañaron a alguien,
ignorando
porque ni sombra llevan consigo…
Mientras los pasos se alejan,
piensas en los bordes de las ansias vencidas,
los restos paganos
prendidos del favor de tus ojos,
que no pueden dejar de bañarse
ni en las sutiles rutinas del día
o con el vacío ansioso de la noche…
obras de JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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me traéis buenos signos en esta tarde... una trilogía que no es descenso ni silencio ni vacío sino sombras aún presente. abrazobeso, Ro
ResponderEliminarSin encargo de contestar llegando, querida Rocio desde tiempo hace tan callada, y veo tu figura entera, compacta en esta letras y tan sincera...Pues que decirte amiga, ha pasado tanta agua bajo el puente...abrazos...
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