sábado, 8 de enero de 2011

ANTE LA CEREMONIA DEL AMOR SERVIDO / POESÍA DE JOSÉ IGNACIO RESTREPO

INVITACIÓN
el-papiro
Pospón ese nuevo temario
donde el monólogo atérido me ignora,
mientras el suave dolor que te envanece,
como la espuma del jabón en la bañera,
brillantemente hueco asciende…
Pospón las miradas en las que el rencor
como la reja de una casa
suele impedir mi acceso,
cuando he llegado galante
con mi calor
a buscarme entre tu frío…
Deja para luego el llanto,
patrón de este quimérico presente
que habrá de marcharse,
y más bien voltea sin precaución tu bello rostro,
para que puedas observar como se fugan
poco a poco de mis ojos
miradas esculpidas en viento,
a prueba de tragedias,
de parpadeos de silencio,
de cegueras de tedio…

CANCIÓN DE LAS DOCE PASADAS
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No desdigas de la alquimia
llevada a cabo antes de los tiempos,
da igual preguntar sobre el origen
que explicar porque estamos aquí
intentando este antiguo lenguaje
esta esencia remota sin nombre,
que nos pide seamos sus testigos…
Como salida de la caja de Pandora,
tu risa converge en este instante,
y todo lo que poseo se hace añicos
cuando veo tus ojos…
Detento sin embargo la prueba
de que todo es y no es al mismo tiempo,
y si amo aun los espejismos
es porque ellos me enseñan
a pesar del dolor y la ausencia,
como serán los oasis
cuando al borde del desierto arribe…

OYE, ARADNE
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Concierto de las manos,
huellas que titilan, ojos que sonríen,
ojos pardos que andan merodeando
este laberinto mío,
las callejas de mi alma,
los frondosos arbustos
que visten mi cuerpo…
¿Harás música con tus labios
cuando caiga la tarde?
Tras las pilastras de mármol de algún templo
te escondes
y tejes en tu cabello
los herméticos deseos de los ángeles,
mientras yo busco una esencia
con el hipnótico afán
de quien ha visto en un rostro la luz…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

1 comentario:

  1. De lo que fue antaño sentido, de lo que debió haber sido por concierto estelar de lo bello, del ayer al mañana recordado... conduce el hilo del canto, tu canto, tu inigualable canto... Canciones de luces sin llanto ni orfandad del sentimiento. Qué belleza!

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