CANCIÓN
DE PENÚLTIMA PÁGINA
¿Quién quiere que se le acaben los motivos,
que se le agote el vino de la copa
y ser protagonista de una historia
en la que sepa la fecha señalada
para sonar la postrera campanada?,
¿quién quiere poner la letra al colofón
en esa tapa color de pergamino,
que se nos dio como virtud sin nombre
para tener bien protegido el libro
con los días contados de la vida?
Verdad es que amargada la bebida
y regado el mosto en el mantel
deseamos por último tener
la fea llave de óxido cubierta,
que nos permita en la entornada puerta
dar el laxo empujón que bien la cierre,
para ya no temer al despertar
y en el día ahogar sin más motivos,
ese llanto de penas contenido
que no deja brotar siquiera afuera,
gruesa lágrima plena y varonil,
porque ya es el confín
de un inmenso pero tosco recorrido,
que fallido en sus métodos secretos
dejó fruto incompleto,
y sabor a tenido y a perdido,
como tropo funesto que no dice
lo que muestran su letra y su sentido…
Esta pena virtuosa y lisonjera
que en la noche se viste de señora
y a esta hora como joven mujer
llora sincera sin ninguna sutileza,
saca letras de nuevo a mi tintero
para hacer su prosélito pedido,
y me encuentra gentil, parsimonioso,
paternal y paciente,
escuchando como tantas veces
le predico sobre carga y hora,
y le doy un pedazo de memoria,
para que ella concuerde que aun no es
el final de esta espléndida jornada…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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... si es que no hay domingo que sobreviva a un lunes jejeje... me gusta muchísimo tu poesía de hoy, de ahora...un saludo
ResponderEliminarAbrazos de principio de día, soleado y locuaz de pajaritos, encantado por tu agrado, por tu visita que siempre me fascina...Gracias Anabel...
Eliminarhacen un día tras otro una semana y tras otros más una vida, el sentido no parece ponerlos el tiempo ni lo hallado en la memoria, queda acaso el locuaz consuelo de tus letras que bien vierten lo bien tenido, esa esperanza tuya que hace luz donde solo hay sombra. Gracias.
ResponderEliminarLo que arduamente costo conseguir, ha hecho grietas como surcos, parecen ríos de aguas obsequiosas, pero son correntosas acequias, y cuando llueve fuerte incluso a las aves que beben, puede ahogar su canto tenebroso...El bosque al frente, que canta con su rumorosa certidumbre de a nadie albergar en su oscuro, ese es el magno del que obtengo, toda duda que viene a hacer su pan en este horno frío y mágico...Vos como yo, tenemos el relieve suficiente para sabernos dentro, como sea, a salvo o en guerra, es privilegio propio...Abrazos para ti, Carmen querida. Gracias por venir..........
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