TANTA MIEL
Del cartón interior de sus zapatos
brota el agua que los mojó hace horas,
y alentado camina pese a todo,
la brusquedad del camino, los recuerdos,
el azar propietario nada amigo
y todos los futuros presupuestos…
Tiene ahora futuros prometidos,
dos críos que lo esperan en la casa,
y de aquella mujer que fue su madre
ninguno de los tres
ya sabe nada…
La colina Montiel ya fue testigo
de la marcha de todos sus amigos,
los más que ayer partieron a la guerra
y que muertos en cajas regresaron,
descienden uno a uno en sus recuerdos
como hojas que paren los otoños,
cinceladas de más por el cruel viento
que las deja arrumadas
en rastrojos…
El ayer que recuerda es tan lejano
que lo abaten las dudas de su vida,
hace ya tanto tiempo tuvo prisa
y ahora se contenta con llegar,
los brazos de sus hijos que lo esperan
para que haga cuentos con un mundo,
donde nadie se pierde ni ausenta,
donde siempre serás parte de todo,
como cuando les habla del Allá
si pasan por la reja cuando llueve
el lugar donde al fin muertos reposan
aquellos que por fin son ausentes,
que llamamos por fuerza cementerio;
allí oramos cansados padre nuestros
mientras vemos sin ver arder la vida,
ese bosque es quizás en primavera
el lugar más perfecto conocido,
que en los cuentos seduce por tener
cualidades que siempre en el ayer
nos dijeron tenían las moradas,
lugares que habitar con los amados
sin que el tiempo nos sea impedimento,
solo un bien trascendente y necesario
que todos olvidamos por momentos…
La colina Montiel es escarpada,
los zapatos mojados y algo rotos,
no impedirán que este devoto padre
llegue con las viandas a su casa,
donde sus críos abren la ventana,
para verlo llegar fiel y cansado,
y antes de que la llave abra la puerta,
tirarse enamorados
en sus brazos…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Que belleza dios santo...y cualquiera diría que es injusto todo esto, mientras el fiel padre se enjuaga las lágrimas que provocan los brazos de sus hijos en la piel...dios te bendiga Restrepo.
ResponderEliminarSuelo aferrarme a la ira, para tender con mis alas nacientes a la luz...No soy como los adagios, que se fugan, del ambiente celebérrimo de un teatro, donde se paga por perder a diario, lo poco que nos queda de virtud...como tu lucha, cualquiera que ella fuere, respetable y veraz, Egea...Tiernamente, como tu llegada, mi bendición querida...Gracias por venir...
EliminarLa sacrificada vida de un padre que no decae ante la adversidad , que ansioso llega a su casa para abrazar la mayor de las riquezas :sus hijos. Hermosa tu poesia, me llegó al alma, vi reflejada mi lucha por sacar adelante a mis hijos.Gracias querido poeta por entibiar el alma con tus palabras.Abrazo.
ResponderEliminarrecreada tu voz, el poema es como viento, como ala, como brazo de mar, como mirada, mis palabras son pan, gentil nutriente, que sirven a las voces del presente...Y a la tuya, que vino, querida Nusa...Bienvenida siempre...
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