VISIONES
Vencidas llanuras
que de pastos rojos van cubiertas,
ya seréis alimento de la nieve,
os veréis convertidas
en acostadas y silenciosas nodrizas,
que cuidan el fluir del agua
que sólo atiende a su rito subterráneo,
corriente que lo olvida todo,
cual buey castigado,
sin yunta que anclar a su cuello,
sin tierra que medir
y bañar a diario con su llanto y sudores,
sin amo.
Vasta nomenclatura
que refleja en las nubes su aprendido idioma,
de estos quemados azares por prestar la piel
a la siembra del alma,
queda a veces el sabor a quema.
Queda, como hoy, el paisaje
gastado por afanes y sin huellas.
MÁS POR MENOS
Y desde luego...
Después del balazo
todos aguardan a que alguien se caiga
apachurrando a su sombra con el cuerpo,
en el que poco a poco
la sangre se olvida de correr
a solo segundos de alcanzar en estampida
el aire quemado de los boquetes escaldados .
Si, todos aguzan el oído
y detienen el curso de sus actos,
para advertir cuando cae aquel fardo
en el cercano entorno de la calle,
mientras el eco se escabulle entre frondas
dándose confuso con los muros;
y, al no sentir el golpe contra el suelo
van volviendo a la vida lentamente,
uno que otro por la angustia seducido,
los bordes del ombligo
con sus dedos frota.
LA HORA ÚLTIMA, LA SIGUIENTE
Como te envío los ruidos de la noche
para que se conviertan en sortijas
que se líen en tus dedos,
signo los pasos del día de mañana,
las escabullidas, los retornos,
las dimisiones, los miedos
y los logros...
Que enigma, Princesa de las Flores,
cómo no hablarle al viento de tu rostro
para que él vaya en tu busca,
aún recelando que se vista de ciego
y al llegar, te recorra de tactos, te libere de ausencias,
te invite a intentar el olvido.
Y a esta hora ¿la última? ¿Quizá la siguiente?
juntando en un rosario huellas
mientras eludo la exigencia el sueño,
el murmullo de las hojas contra el suelo se deja escuchar
y puede ser que las hadas se estén besando las manos
revolviéndose las ropas a fuerza de deseo;
entre tanto, me visitas sin aviso,
yo cierro los ojos y te espero para poder encontrarte.
DÍAS DE SIEGA
Bordes de los años,
surgen y se van tan pronto
como las muecas en los rostros de los niños,
y no alcanzo a tenerlos
con la salud suficiente del instante
que al parecer nada significa...
Pasan mirando, mientras,
y termino tratándolos como a mendigo
que con el gesto marchito en la mano extendida
de antemano tiene fe en no obtener nada...
Bordes de los años,
días pálidos,
lo que tan bien se evalúa ya está perdido,
el curso que propone hasta un guiño del clima
puede trocar, dar definitivas variaciones,
entonces,
como sencillo bucle en la elipse de los astros
pierden su brillo los días de las noches
y la oscura penumbra y el cansancio nos traen el sueño
que no por mérito viene,
sino porque no queda más remedio
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Llorarán los paralelos, si al ventoso grito aplaude la suerte, llorarán de su existencia y su insistencia en separar lo que de suyo debió estar unido simpre, como amapola y grama, como sueño y ronquido... como Dalí y Gala... mientras tanto sólo el grito acaece...
ResponderEliminaray, Dios como puedes ser tan paralela a mi alma galante estando al otro lado de la tierra....?
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